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Turistas mal educados ¿una plaga?

Actualizado: 24 jul 2020



Somos muchas las viajeras que sentimos vergüenza ajena al ver algunas actitudes que convierten lo que debería ser descubrimiento e intercambio cultural, en algo parecido a una plaga destructiva.

No es lo mismo alquilar una habitación de hotel que un departamento, este último generalmente está en un complejo habitacional próximo a playas y de ubicación privilegiada para unas gratas vacaciones. Si tu elección ha sido el departamento, no está de más considerar lo siguiente y no caer en la categoría de turistas mal educados.

En los departamentos en condominios (complejos) vive gente que sale a trabajar diariamente, que no está de vacaciones pero que muchas veces se ven obligados a soportar ruidos molestos hasta altas horas de la madrugada, también deben aguantar que los turistas que llegan desde la playa, sacudan sus toallas en pasillos y ascensores sin respeto por el personal de aseo que debe trabajar el doble para mantener el orden y las comodidades que los propios turistas reclaman, eso entre otras malas costumbres y actitudes.

Si bien las vacaciones son un tiempo de relajo, se espera de ti un mínimo de educación y respeto hacia el destino que hayas elegido.

Turistas maleducados sin el mínimo interés de integración.

Si viajas a algún lugar donde el idioma no es el tuyo, nadie podría culparte por no hablarlo, pero sin duda, aprender palabras o frases sencillas como "hola", "muchas gracias" y "por favor", será muy bien visto y agradecido por los habitantes locales, es una demostración de respeto e interés por su cultura.

En la categoría de turistas mal educados destacan aquellos que:

  • Esperan que todo el planeta aprenda su idioma (porque ellos desde luego no harán el esfuerzo). Recuerdo un turista estadounidense que mostró su enojo porque todos los carteles estaban en español y casi nadie hablaba inglés. Sin comentarios.

  • Hablan directamente en su idioma foráneo sin tener la cortesía de preguntar si el interlocutor lo comprende. Recuerden turistas: ustedes son los extranjeros y ustedes son los que deben adaptarse, no al revés.

Ahora bien, peor que un turista mal educado que es víctima de su propia inconciencia y falta de empatía, está aquel que viaja expresamente para hacer aquello que no se atrevería hacer en su propio país, estos están en una categoría que yo llamo "imbecilidad crónica". Hay demasiados casos flagrantes, la mayoría relacionados con los excesos de alcohol. Algunos ejemplos:

  • Turistas que viajan con el único afán de emborracharse y montar escándalos, botan basura, orinan en cualquier parte y otras faltas de educación difíciles de enumerar.

  • Turistas que ponen en riesgo su vida, y lo que es peor, la de quienes les rodean. En el Parque Nacional Torres del Paine (Chile) un turista provocó uno de los mayores incendios en la historia del país por quemar papeles, desoyendo todas las prohibiciones. En las Islas Baleares ya hay incluso una palabra para describir una “genial idea": el “balconing”, o lo que es lo mismo, lanzarse desde el balcón de la habitación del hotel a la piscina. Cada año se suman más muertes a pesar de los carteles que advierten que esa estupidez está prohibida.

  • Turistas que van a países desfavorecidos en busca de prostitución y drogas a precios bajos. Esto agrava los problemas de los habitantes locales, alimentando las redes de trata de personas, el abuso infantil y el narcotráfico.

Seamos más viajeros que turistas en el sentido de actuar como lo haría un local que aprecia, respeta y admira sus tierras.

"Nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar". —Emile Zola.

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