Sin duda han sido meses críticos para la industria hotelera formal y para todos quienes hacemos otro tipo de hotelería, la de anfitrión, a través de páginas web propias o de terceros.
Especialmente entre estos últimos, los que hacen hotelería de anfitrión como su única fuente de ingresos, han sido los más afectados, no sólo por la baja en las reservas sino por el cambio unilateral de las políticas de reservas de algunas páginas de oferta de alojamientos.
Quien pone su espacio en alquiler depende de las condiciones sociales y ambientales para recibir huéspedes y como es evidente, se han visto gravemente perjudicados durante la pandemia, al igual que el resto de la industria del turismo.
¿Qué desafíos representa todo esto para el futuro? Muchos desafíos, pues suponiendo que algunos empresarios del turismo y de la hotelería de anfitriones sobrevivan a la recesión provocada por la crisis del Covid, y que volvamos a los hábitos de viaje que teníamos - nada de lo cual es seguro - una certeza aparece: el mundo ya no será el mismo.
El desafío de la crisis global de hoy no nos impedirá volver a imaginar el futuro de los viajes. Reservar alquileres que entreguen seguridad sin perder el concepto de hospitalidad. Es decir hacer lo mismo que hacíamos antes pero con nuevos tiempos, precauciones y por otra parte, se abre una incógnita irresoluta:
¿Vamos a seguir valorando tanto los viajes como lo veníamos haciendo?.
Viajar para muchas personas era una de esas prioridades impostergables. Entonces, la flexibilidad es clave. Quien compre reservas buscará sencillez para definir las fechas de su viaje sin recibir una multa o pena por mudarlas como venía sucediendo, especialmente con los tickets aéreos.
Viajar aún se ve lejano, sobretodo por las restricciones de ingreso a algunos países que a pesar de no haber cerrado fronteras como Chile, limitan el acceso sólo a extranjeros con residencia en el país.
Pero no perdamos la esperanza y pronto esto termine volvamos a disfrutar de los viajes, de buenos alquileres, de pasear por la playa o por el campo, llenando nuestros pulmones de aire fresco bañados de sol y que la distancia social sea sólo la que falta para llegar al hogar.
“Viajar es brutal! ,Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa.
Estás todo el tiempo en desequilibrio.
Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno
o hacia lo que imaginamos como tal”.
–Cesare Pavese ( Escritor Italiano 1908-1950)–
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