¿Conocen el término hikikomori?
Hasta hace pocos años era una realidad exclusiva de Japón, así se le llama a las personas que viven como ermitaños modernos, en su mayoría jóvenes que se encierran durante años, evitando el contacto con cualquier otra persona del mundo exterior.
La soledad es un problema grave hoy en día, le llaman la epidemia del siglo XXI, pues es silenciosa y ataca a cualquier colectivo, desde los más jóvenes hasta los ancianos, y creo yo que ha aumentado aún más con la Pandemia del Covid, que al final la soledad se ha convertido no en una opción, sino en una imposición.
El distanciamiento social que ahora, le llaman “distanciamiento físico”, sólo nos ha invitado a la “soledad de estar acompañado”, y como sociedad humana nuestra esencia es ser gregario, la soledad nos debilita y nos hace indefensos.
Las mujeres tenemos más tendencia a la soledad.
Si de igualdad hablamos hay asuntos en los que llevamos la delantera, la soledad afecta más a mujeres que a hombres, al ser más longevas, las mujeres tenemos más probabilidad de vivir solas durante más años que los varones mayores.
La viudez, la jubilación son roles sociales que debemos enfrentar tarde o temprano, y con ellos la consecuente pérdida de contacto con las personas con quienes uno compartía sus preocupaciones.
A más edad aumenta la probabilidad de que uno esté o viva sola debido a eventos normativos y comunes de la vida, pero eso no significa que todas las personas mayores que están o que viven solas, se sientan solas.
¿Cómo se supera la soledad?
Tan difícil es estar solo como lo es superar esa soledad, leerás por ahí mil y un estudios o “datos” que te ayudaran a mejorar tu estado de soledad, pero la verdad es que la soledad nos va avisando con tiempo que se acerca... parece curioso no?
La soledad si te da señales, y debes verlas por ti misma, no des espacio a la soledad que entristece, di sí a la soledad meditativa, esa que necesitas para crecer espiritualmente, di sí a reuniones con amistades, di sí a las llamadas telefónicas, di sí a pasear por el parque con el perro, en fin, trata de vivir socialmente, así somos los humanos es nuestra quintaescencia.
No dejes que la soledad entre en tu vida y se instale.
Comentários